Mientras escribo estas lineas estoy siendo llamado a responder a un católico acerca de este tema, y decidí no sólo responderle sino dejar un artículo que se pueda consultar, con argumentos sólidos acerca de un tema tan relevante. Quizá alguno piense que los apócrifos del Antiguo Testamento (A.T.) no sea algo como para desvelarse, pero al tomarlos en cuenta se puede tener un puñado de doctrinas que sabemos no pueden ser sanas.
Los libros apócrifos del A.T. o deuterocanónicos (del segundo canon), como soslayan otros, no fueron excluidos de la Biblia por orden o recomendación de Lutero, como erróneamente se ha afirmado. De hecho, todo comentario de Lutero al respecto es simplemente efecto de la no aceptación previa, incluso mucho antes de que la iglesia católica se haya instaurado. Pero el tema es de ineterés considerando que en estos libros se destacan una seria de afirmaciones que o bien son exageraciones o en un peor caso, desviaciones a doctrinas fundamentales en la Escritura. Por eso es nuestro deber recalcar el porqué de la no aceptación de estos libros, los cuales son 1 y 2 de Esdras, Tobías, Judith, El descanso de Esther, la Sabiduría de Salomón, Siríaco, (también llamado Eclesiástico), Baruch, La Carta de Jeremías, El Canto de los Tres Jóvenes, Susanna, Bel y el Dragón, los agregados a Daniel, la Oración de Manases, y 1 y 2 de Macabeos.
Uno de los argumentos en contra que tienen los que apoyan estos libros es el hecho de que Jesús nunca los mencionó, un argumento si se quiere fuerte a sabiendas de que Jesús citó de muchos libros del A.T. ¿Por qué no los citaría? Alguien me refirió que el A.T. que Jesús leía contenía estos libros, pero si así fuere habría más razón de que los citara, pero nunca lo hizo.

El Testimonio de Jesús acerca de los libros del A.T.

Nuestro Señor Jesús habló muchas veces de los libros del A.T., pero nunca citó alguno de éstos. Y más interesante es el hecho de que Jesús hablara del A.T. en su conjunto tal como lo hacían los hebreos. Una muestra de esto está en Lc. 24:44 donde dice: “Estas son las palabras que os hablé estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.”
Aquí Jesús menciona la Biblia hebrea: la Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos. Si usted quiere creer en la Biblia debe tomar muy seriamente estas afirmaciones. Pero hay más: ¿Qué ocurriría si Jesús sólo aceptara los libros del A.T. desde Génesis hasta Malaquías? Si esto fuere así es obvio que los deuterocanónicos o apócrifos no tendrían cabida en la Biblia (como de hecho ocurre con las Biblias protestantes), y la iglesia católica debería excluir estos libros de su Biblia. Pero quizá para sorpresa de muchos Jesús sí veía el A.T. como las iglesias protestantes: desde Génesis hasta Malaquías. Lea conmigo:
“… desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías…” (Lc. 11:51)

¿Leyó bien? Desde Abel (Génesis) hasta Zacarías, ¡los extremos de la Biblia para Jesús! En el canon hebreo el libro de Génesis era el primer libro, y el último era 2Crónicas, donde se relata la muerte de Zacarías (2Cr 24:21), que en nuestras Biblias equivale a desde Génesis hasta Malaquías. Tal es la apreciación del teólogo Charles Ryrie en su “Teología Básica”, que dice:
“Aquí el Señor afirmó algo definitivo tocante a la extensión del canon del Antiguo Testamento que El aceptaba. Al condenar a los líderes del pueblo judío por matar a los mensajeros de Dios a través de su historia, El los acusó de ser culpables de derramar la sangre de todos los justos desde Abel hasta Zacarías. Ahora bien, el homicidio de Abel se narra en Génesis 4, y el de Zacarías en 2 Crónicas 24, que fue el último libro en el arreglo del canon hebreo (como Malaquías lo es en nuestro arreglo). Así que el Señor estaba diciendo: “Desde el primer homicidio registrado en el Antiguo Testamento hasta el último”. Ahora bien, por supuesto que hubo otros homicidios de mensajeros de Dios que se relatan en los libros apócrifos, pero el Señor no los tomó en cuenta. Evidentemente El no consideraba que los apócrifos tuviesen igual autoridad que los libros de Génesis a 2 Crónicas.”

Esto da por sentado que no hay posibilidad alguna de incluir estos libros que la iglesia católica apoya.

¿Haríamos caso a los judíos?

Pero, dado que los argumentos expuestos radican en que fueron los judíos quienes nunca los aceptaron, alguno podría decir que éstos se podrían equivocar respecto a los libros del mismo modo como se equivocaron con Jesús. ¿Es posible? No. Tendríamos que suponer con esto que Jesús también se equivocó, lo cual es imposible. Pero surge la pregunta: ¿podrían tener razón los judíos acerca de los libros? ¿A quién obedeceríamos luego de tanta historia, al catolicismo o a los hebreos? Para responder a ello dejémos que la Biblia nos hable:
“¿Qué ventaja tiene, pues, el judío?… De mucho, en todos los aspectos. Primero, ciertamente, porque les ha sido confiada la palabra de Dios.” (Rom. 3:2)

¡Esta es la piedra de tranca!
¿Cuál es la escritura correcta? ¿Debemos incluir los apócrifos? La respuesta es clara como el agua: si los judíos la tomaron debemos incluirlos, porque a ellos de les confió. El problema es que no los tomaban en cuenta en lo que era La Escritura. No dudo que estos libros hayan sido de consulta por algún valor histórico o referencial, pero no hay duda de que no formaban parte de los libros sagrados para los hebreos. Eso debe reconocerlo cualquier católico, aun pese a lo que en vano enseña la iglesia católica. En esto también piensa Charles Hodge en su “Teología Sistemática” al afirmar:
“¿Qué libros tienen derecho a un lugar en el canon, o regla de fe y práctica? Los romanistas responden a la pregunta diciendo que todos aquellos que la Iglesia ha decidido que son divinos en su origen, y ningunos otros, deben ser recibidos como tales. Los protestantes replican diciendo que por lo que al Nuevo Testamento respecta, sólo aquellos libros que Cristo y sus Apóstoles reconocieron como la Palabra Escrita de Dios tienen derecho a ser considerados canónicos.”

La diferencia es clara: en el catolicismo se le da valor a la opinión de la Iglesia (católica, por supuesto), es decir, lo que a ellos les parece. En cambio nosotros lo hacemos según Jesús y los apóstoles, como ya se ha visto. Así que, respetamos el deseo de cada quién de tomar estos libros apócrifos y basar su doctrina en ellos, pero siquiera Jesús lo hizo, ni los apóstoles, ¿lo haré yo?

¿La septuaginta? ¿Y qué?

Algunos católicos suelen apelar a la septuaginta para intentar mostrar la validez de los apócrifos, alegando que si fueron traducidos es porque los judíos los consideraban canónicos. Pero, que sean traducidos no le confieren carácter de canonicidad.
Para los que no saben, la septuaginta es la traducción al griego de las escrituras hebreas, y no solamente los libros canónicos sino otros de gran valor cultural. EL motivo de hacer tal traducción fue el de compilar en una biblioteca las más resaltantes escrituras de los judíos.
Pedro Puigvert compiló un libro sobre hermenéutica llamado “Cómo llegó la Biblia hasta nosotros”. Allí cuenta lo siguiente:
«La versión de los setenta fue una edición compuesta por motivos culturales, no religiosos. Tolomeo II Filadelfo quería reunir en la famosa biblioteca de Alejandría la sabiduría de todo el mundo antiguo y mandó ordenar la traducción al griego de todos los libros existentes en hebreo o escritos por los hebreos, de modo que pudiera disponer de todo el acervo cultural judío.»
Así que, de haber estado en la septuaginta no equivale a nada, ello no le coloca el estatus de canónico, por lo que repito: Si era canónico, ¿por qué Jesús no lo citó como escritura inspirada? De hecho, muchos padres de la iglesia los tacharon y condenaron, aunque su lectura fuere popular, importando poco que hubieren sido traducidos en la septuaginta.

Un Hecho Significativo: El Porqué

Es bien sabido que la canonicidad no se otorga por aparecer o no en el Nuevo Testamento, porque ya sabemos que fue a los judíos a los que se les dio las Escrituras y fueron ellos quienes no las incluyeron, y en base a esto enseñó Jesús. Sin embargo, algunos quizá discrepen por el hecho de que hay autores del NT que citaron estos libros, como por ejemplo el escritor de Hebreos en 11:35 que cita 2Macabeos. Hay un libro denominado “Respuestas a las Sectas” escrito por Norman Geisler y Ron Rhodes, donde hablan destacan este punto:
“El hecho de que en el Nuevo Testamento a menudo tome citas del Antiguo Testamento griego (la Septuaginta) de ninguna manera prueba que los libros apócrifos contenidos en manuscritos griegos del Antiguo Testamento sean inspirados.”

Y esto es una gran verdad. De hecho, aun la Iglesia católica rechaza el libro de Enoc, el cual es citado en Judas 14-15. Y eso no es todo: Pablo cita a poetas griegos en sus cartas (Hch, 17:28, Tit 1:12, 1Cor 15:33), y todos sabemos que tales libros de estos poetas no están inspirados. Conclusión: el citarlos por parte de los apóstoles tampoco garantiza que deban ser incluidos en el canon.
Bendiciones.
por Juan Valles |


Estaba a 4000 pies de altura en un aeroplano sin motor impulsado por el viento en la Costa Central de California. Una firme y clara exhortación vino a mis oídos de parte de Gary, Mi Instructor de Vuelo. Yo había estado haciendo las cosas a mi manera y no había seguido sus instrucciones. Había tomado en mi mano el instrumento que el instructor usa en caso que los novatos olviden lo que tienen que hacer. Gary me confrontó con la expresión. “No pelees conmigo”
Sorprendido y en shock al oír sus palabra rápidamente solté el instrumento.  Y él me dijo: “Intentemos otra vez, Adelante es abajo. Atrás es Subir, Izquierda es Izquierda y derecha es derecha. Con lentitud puse mi mano sobre el instrumento sosteniéndolo con toda mi mano y cuando lo hice, volví a escuchar las mismas palabras: “No Pelees conmigo.”
Gary me explico que hacer menos es más cuando tú cabalgas sobre el aire con uno de esos aeroplanos.  “Gentilmente mantenga la nariz de la nave arriba y la cabeza hacia esa montaña”, me dijo la voz detrás de mi. “Gentilmente”
A la tercera y última vez (Gracias a Dios) Asumí el control del pequeño aeroplano con mi pulgar y dedo índice sosteniendo el instrumento. Por los próximos 15 minutos cabalgue sobre los aires.  Gary me siguió diciendo adonde conducir el aeroplano  mientras las alas del aeroplano sin motor flotaba hacía diferentes puntos del horizonte.
Y eso fue algo maravilloso.


Cuando alguien le dice a una persona “No pelees conmigo” o “No luches con eso” es porque algo no esta en el camino correcto. Imagínese a un doctor tratando de sacar una espina del brazo de un niño con una aguja  o una madre tratando de sacar una espina del dedo de la hija. “No pelees conmigo” significa sufrimiento, inconformidad que son necesarias para que cosas positivas puedan ocurrir.
Cuantas veces estamos peleando con Dios porque algunas cosas parecen dolorosas y olvidamos que Dios está removiendo la espina de nuestra alma. Nos retorcemos y Dios tiene que decirnos con voz firme. “No luches conmigo”
Que quiere decirnos Dios con esa expresión?:
•    No pelees con mis propósitos en tus circunstancias..
•  No Pelees el crecimiento que quiero darte.
•    No luches con mi providencia en tu vida.
•    No pelees mi Autoridad en medio de tus expectativas..
•    No pelees con mi voz cuando te pido ir contra tus sentimientos.
•  No pelees cuando te pida que te rindas en este proceso.
•    No Pelees cuando mi mano toca tu vida..
•    No pelees con mi voz..
•    No pelees con el  hombre nuevo o la mujer nueva que yo estoy haciendo.
Qué está diciendo el Espíritu Santo a la Generación actual del Pueblo de Dios que esta enfrentado los desafíos económicos, culturales, relacionales, emocionales y Espirituales?
Qué me está Diciendo a mi y a ti?  

¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? 
 No desfallece ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;  mas los que esperan en el Señor 
  tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Esta promesa está dirigida al pueblo de Dios en medio de tiempos de desafío, cuando pareciera que se está experimentando el infierno en la tierra o como cuando se siente uno cautivo en tierras extrañas o lejos de casa y no viendo el futuro claro.


• Cuando tus decisiones parecen ser desafiadas.
• Cuando tu carácter parece ser confrontado.
• Cuando tu habilidad para permanecer como un creyente en Dios es desafiada.
• Cuando tu conexión con Dios parece estar bajo ataque.
• Cuando tu Fortaleza emocional parece estar en decaimiento.
• Cuando  has sido llamado en medio del infierno para levantar el ambiente.
• Cuando eres desafiado a entrar en otra dimensión.
En medio de la desilusión y la incertidumbre de los tiempos, todos necesitamos hacer ajustes. El principal ajuste es cómo estoy procesando lo que me está ocurriendo a mi personalmente y descubrir el más amplio contexto que le de significado a mi vida en medio de esos desafíos.

Entonces allí necesitamos estar alineados, balanceados y ajustado para volar por encima de los vientos contrarios, si no lo hacemos perderemos altitud, caeremos de los cielos y sucumbiremos en las gravedades de la vida en esta tierra.
Esto es lo que Dios está diciendo a ti que lees estas palabras:
• Tú puedes decidir volar en medio de estos vientos.
• Recuerda quien soy yo.
• Llámame
.
• Escúchame
. 
• Espera la Palabra que tengo para ti.
. 
• Recibe esa Palabra
.
• Déjame hacer ajustes en tu vida para que puedas volar sobre estas circunstancias.
• Haz los ajustes que te diré que hagas.
. 
• Yo te estabilizaré, te fortaleceré y te afirmaré para que puedas levantarte por encima de estos vientos severos.
No mucha gente te invita a volar directamente dentro de las tormentas de la vida.  Cuando nosotros decimos Si a los propósitos de Dios es importante recordar que a la vez estamos diciendo No al mismo tiempo. Si decimos Si a Dios, a la vez estamos diciendo No al impulso propio, a la Cultura, a la Auto Complacencia o al mal.
En esto pensemos  Quién es el jefe realmente?
Quién nos está llamando?
Quién está en Control?
Recordemos que algunas veces el Instructor de Vuelo nos dirá estas palabras: “No Pelees Conmigo.”
Kenny Luck .
Lev Shoméa. Con tecnología de Blogger.