Como cristianos muchas veces nos enfrentamos a temas difíciles. Sin duda, este es uno de ellos. Cuando se habla del infierno, siempre surgen preguntas como: ¿Cuál es el fin de torturar a alguien eternamente? ¿Dónde está la razón de tal cosa? Si el infierno no es un castigo correctivo, entonces ¿es una simple venganza, sin otro motivo que el deleite divino de infligir dolor horrendo y eterno a una persona?
A continuación, veremos algunos conceptos e ideas sobre el infierno.

¿Qué es el infierno?

La Biblia usa una gran cantidad de metáforas para describir el infierno. Estas metáforas podrían contradecirse unas a otras si uno las toma de forma literal y sin contexto.
Por ejemplo, el infierno es descrito como un lugar de total oscuridad pero también de fuego; se le describe como un “abismo” pero también como un “lago ardiendo con azufre.” Se le describe como un lugar de castigo, pero también de destrucción total. A veces a sus habitantes se les describe como “echados fuera” de una cena (en el cielo); a veces “lanzados” a un abismo; a veces azotados por un sirviente. A veces parecen rebeldes (“crujiendo los dientes”), a veces angustiados (Lucas 16).
El propósito de estas metáforas es comunicarnos que el infierno es un lugar muy malo y que es lo opuesto a lo que Dios quiere para la humanidad.
El término “infierno” metafóricamente expresa esto. “Infierno” en griego es gehena. Gehena era un valle fuera de Jerusalén que se usaba como el vaciadero principal de la ciudad. Lo que termina en el infierno (según los autores bíblicos), es sencillamente los desechos de la humanidad. Es el lugar de desechos del cosmos – el destino final, que originalmente fue creado para Satanás y sus demonios (Mt. 25:41), que por la caída, se usará para las personas que libremente decidieron vivir una vida que Dios nunca quiso que vivieran. Un lugar del que Jesús habla en más de 20 ocasiones. 1

El infierno es una elección

Dios no quiere la muerte del que muere (Ezequiel 18:32), sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).
Por lo tanto, si alguien va al infierno, es porque así lo decide para sí. No es correcto decir que Dios se deleita en el dolor de las personas. Estas personas prefirieron las tinieblas a la luz (Jn 3:19). El infierno es donde ellos decidieron estar (Rom 1:20-32), no donde Dios desea que estén.
Es aquí que muchos opositores al Cristianismo levantan una pregunta peculiar:
“¿Por qué se le llama ‘libre albedrío’ si, cuando decides no creer en Dios, Él te envía al infierno?”
Sin embargo, esto no es un reto a la libre elección del infierno. ¿Por qué? Porque si se decide no creer en Dios, se está escogiendo no ir al Cielo. ¿Por qué Dios obligaría a alguien que no quiere estar con Él a estar con Él? Por lo tanto, este reclamo parece más un intento de recibir los beneficios de la vida eterna sin ninguna de las responsabilidades que conlleva. Al decidir no querer a Dios (ni ir al Cielo) automáticamente se escoge lo opuesto.

¿Por qué un castigo eterno?

Una interrogante que surge es: “¿por qué Dios castiga eternamente cuando el pecado es algo momentáneo?”
Sin embargo, las consecuencias del pecado no tienen que ver con el que peca, sino contra quién se peca. Si alguien asesina una hormiga, ¿cuáles son las consecuencias? Ninguna. Las hormigas no tienen un valor intrínseco suficiente como para penalizar a quién la mató. Bien, ¿que pasa si se asesina un perro? Probablemente el dueño del perro demande o multen a la persona responsable. ¿Por qué? Porque el perro vale más que la hormiga.
¿Qué pasaría entonces si se asesina a otra persona? Ya las consecuencias son más graves: cárcel de por vida y, dependiendo de dónde en el mundo se cometa el crimen, la pena de muerte. Nota que la acción (asesinar) era la misma – lo que cambió fue contra quién se cometió la acción.
Ahora, ¿qué pasa si se comete un crimen en contra un Ser eterno e infinito, cuyo valor es incalculable? Las consecuencias tienen que ser eternas. Pecar contra Dios no sólo es quebrar la ley de un Ser eterno, sino despreciarlo. Por lo tanto, pecar – como no es algo que sucede “accidentalmente” – tiene consecuencias eternas. 2

¿Por qué no perdonarnos y ya?

Muchos considerarían, que Dios podría automáticamente perdonarnos los pecados y así nadie iría al infierno. Sin embargo esta visión descarta una de las características de Dios: El es perfectamente justo. Siendo así, las transgresiones no pueden pasar por desapercibidas. Todo criminal recibe su consecuencia. Según argumentamos en la sección anterior, un Crimen contra Dios merece un castigo de igual magnitud. Si no existiera el castigo eterno, todos tendríamos la oportunidad de vivir una vida a lo Carpe Diem (“Comamos y bebamos, pues mañana moriremos”), sin preocuparnos por las consecuencias de nuestras acciones. Si al final, no hay consecuencia por nuestras acciones, de nada vale obrar moralmente. Esto desde un razonamiento lógico meramente. Pero si vamos a las escrituras, vemos que el mismo paladín del perdón, Jesús, dice ésto sobre el obrar de manera inmoral:
Por lo tanto, si tu ojo —incluso tu ojo bueno— te hace caer en pasiones sexuales, sácatelo y tíralo. Es preferible que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. ~Mateo 5:29 (NTV)

Conclusión

Lo más importante acerca del infierno no necesariamente es entenderlo o explicarlo: es evitarlo. Cualquiera que sea la teoría que uno suscriba al respecto, el infierno es una pesadilla de la cual Dios nunca quiere que experimentemos. En Su misericordia, Dios – a pesar de que nuestra raza es una raza tan caída y torcida – nos dio la única forma de escapar de ese lugar: asirse del Salvador. Jesús es nuestra única esperanza.
Pensemos en esto: si Jesús murió voluntariamente para librarnos del infierno, estar en el infierno debe ser una experiencia aterradora.
Fuentes:
1. Listado de temas hablado por Jesús y sus respectivos versículos bíblicos desarrollado por Dan Wilkinson para patheos.com: http://wp.production.patheos.com/blogs/unfundamentalistchristians/files/2015/01/jesus-heaven-hell.pdf según leído el 11 de mayo de 2017
2. Bret Kunkle Is an Infinite Hell Unjust? •  http://www.str.org/videos/an-infinite-hell-is-unjust#.WRAxOlPyvR0 según revisado el 8 de mayo de 2017

https://verdadyfe.com



¿Alguna vez te llamaron intolerante por creer que alguien estaba equivocado en su manera de pensar o de actuar? Principalmente sucede cuando nos referimos a una actividad moral de una persona, los cristianos podemos ser llamados intolerantes, muchas veces con razón, pero otras tantas debido a la “nueva tolerancia”.
Cuando un cristiano afirma que la Biblia es la única y verdadera Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17), que Jesús es el único camino, la única verdad y la única vida (Juan 14:6), es muy probable que en este siglo se lo llame intolerante. Pero ¿Es esto cierto? ¿Nos volvimos los cristianos intolerantes al pensamiento secular?
Primero deberíamos definir que es la tolerancia. Según el diccionario, la tolerancia es:
  1. Acción y efecto de tolerar.
  2. Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
De acuerdo con esta definición, la intolerancia dada por el hecho de no respetar las ideas, creencias o prácticas de una persona. Como cristianos, no debemos hacer nunca esto. Debemos respetar a todas las personas y a sus ideas. Nunca debemos tratar mal a alguien por pensar distinto que nosotros. Hay muchos cristianos que no están dando un buen ejemplo y no respetan a las diferentes opiniones de los demás y esto debe ser corregido. Pero es injusto llamar a todos los cristianos intolerantes. Debemos ser sinceros y reconocer que gran parte de los pensamientos seculares de hoy en día, surgieron justamente debido a que el pensamiento dominante, el cristiano, los respetó y los dejó crecer con libertad.
Entonces ¿Por qué se llama intolerantes a los cristianos? Es probable que esto se deba a la nueva corriente de pensamiento: El post-modernismo. Una de las banderas del post-modernismo es la relativización de toda la verdad. Para la mente post-moderna, la verdad absoluta no existe. Todo está basado en la percepción del mundo y en la experiencia individual. El principal objetivo del individuo es expresar esa individualidad de la forma que quiera, mientras esto no “interfiera” con las otras expresiones de individualidad.

El gran pecado del post-modernismo: La nueva intolerancia

Como en el mundo post-moderno la verdad absoluta no existe, una persona que vive creyendo en valores y creencias absolutas (como los cristianos) es mal vista. El post-modernismo obliga a los individuos a reconocer que no puede acceder a la verdad absoluta, por lo tanto, la persona no puede decir que la ha alcanzado. Las implicancias de este pensamiento son:
  1. No existe la verdad absoluta
  2. Las personas que viven de acuerdo a verdades absolutas son mal vistas
  3. Nadie puede decir que otra persona está equivocada en su forma de pensar, ya que esto es una violación del punto 1. Si la verdad absoluta no existe, no tengo fundamentos para decir que alguien está equivocado
Cuando una persona dice que otra está equivocada en su manera de actuar o pensar, la mente post-moderna reacciona mal. Toma tal acusación como una falta de respeto y un hecho de intolerancia. Fijémonos que en ningún momento hubo una agresión, sino que simplemente hubo un desacuerdo entre dos personas. Pero para un post-modernista, ese tipo de desacuerdo es una agresión. Para poder aplicar la definición de tolerancia que teníamos del diccionario de la RAE, es necesario que existan “creencias o prácticas diferentes o contrarias”.
¿Estamos siendo irrespetuosos al opinar que una persona está equivocada en sus creencias? ¿Estamos siendo intolerantes? De ninguna manera. Si estuviéramos de acuerdo en todo ¿Para qué queremos practicar la tolerancia? Es justamente porque no creemos lo mismo que debemos practicar la tolerancia.
Pero en este mundo post-moderno, hemos re-definido la tolerancia. Ahora debemos estar de acuerdo y aprobar las cosas que creemos que otras personas están haciendo mal, basados en la imposibilidad de conocer la verdad.

El evangelio y la nueva intolerancia

Imaginemos predicar el evangelio en un mundo donde la verdad es relativa y donde nadie puede afirmar haber accedido a la verdad absoluta. Este sería un mundo grandemente intolerante hacia el evangelio. A diferencia de otras religiones, el evangelio es un mensaje sobre sucesos históricos y las implicancias que estos tienen para el hombre, su condición ante Dios y la salvación de su alma. Para predicar el evangelio, necesariamente debemos mostrar a las personas que han transgredido la Ley moral de Dios, su Creador.
Lo irónico de la nueva tolerancia está en que la persona que dice practicarla, en realidad se ha convertido en un intolerante de las personas con convicciones absolutas.
Esta Ley es absoluta y se aplica a todos los seres humanos por igual y todos la hemos transgredido (Romanos 2:23). Esto ya nos traerá problemas, porque en este mundo relativista, no podemos andar por ahí diciéndole a la gente que es pecadora, porque lo que yo se acerca de Dios es mi percepción y no lo que Dios es en realidad. Muchos cristianos a esta altura abandonan todo intento de proclamación del evangelio. No debemos dejar que el pensamiento post-moderno nos intimide. Otro problema que presenta el evangelio es la “exclusividad de Cristo”. Creemos que sólo arrepintiéndonos y confiando sólo en Cristo vamos a ser salvos del juicio venidero. De aquí van a surgir preguntas del tipo de “¿Qué pasa con los buenos judíos, budistas, hinduistas? ¿Van a ir al infierno por no creer en Cristo?”. La Biblia es clara respecto a estos asuntos, nadie va al Padre, sino por medio de Jesús (Juan 14:6, 1 Tim. 2:5). Todo esto va a ser que los cristianos sean tratados como intolerantes. Pero ¿Quién está siendo verdaderamente intolerante? ¿El cristiano, que por un acto de compasión y amor por los que se pierden, va y predica lo que está convencido que es poder para salvar? ¿No es acaso más intolerante la persona que le dice al cristiano “No podes creer que estoy equivocado”? ¿No nos están sacando el derecho a no estar de acuerdo? Lo irónico de la nueva tolerancia está en que la persona que dice practicarla, en realidad se ha convertido en un intolerante de las personas con convicciones absolutas.

Los arenosos fundamentos del pensamiento relativista

Veamos cuales son los problemas del pensamiento relativista:
  1. Se basa en un axioma o verdad absoluta: El hecho de afirmar la premisa “no existe la verdad absoluta”, es una pretensión de verdad. Si uno afirma la premisa, es porque está totalmente seguro de que esa premisa es cierta y por lo tanto, ha hallado una verdad absoluta
  2. Vivimos cotidianamente afirmando premisas con pretensiones de verdad. Yo soy tal cosa, yo hice esto o lo otro, el compró otra cosa, etc..
  3. Todos nuestros modelos científicos están basados en axiomas o verdades absolutas y estas llevan a más conclusiones absolutas.
Imaginemos que la verdad absoluta ya no existe ¿Cómo es que tenemos en nuestro interior algo que nos dice que el asesinato, la violación, el engaño, la codicia, el abuso, son todas cosas malas? Si la verdad absoluta no existe, no podemos juzgar a nadie ya que todo lo que existen son “preferencias” y distintas “percepciones de la realidad”. No nos engañemos, nadie puede condenar a Hitler, sin reconocer que lo que lo considera absolutamente mal. Es más, el sólo hecho de decir que lo que Hitler hizo está bien, es condenado ¿Por qué? ¡Porque existe una verdad absoluta que nos dice que el holocausto judío fue un acto de gran maldad! Si la verdad absoluta no existiera, no podríamos afirmar nunca eso.

Conclusión

Hermanos, debemos entender que existe una conveniencia en creer que la verdad absoluta no existe. Nosotros sabemos que Dios es la fuente de la verdad y si Dios es la fuente de la verdad y todo lo que dice la Biblia es correcto, entonces los pecadores rebeldes estamos en graves problemas. Debemos arrepentirnos ya mismo y poner nuestra fe en el único que afirmó ser el camino, la verdad y la vida. El mundo no quiere creer en Cristo, la gente odia a Dios. Nosotros lo odiábamos cuando estábamos muertos en nuestros pecados. El pensamiento relativista del post-modernismo es una herramienta usada por el mismo diablo para cubrir el entendimiento de las personas (2Cor. 4.4).
Debemos saber que nuestra cultura va a ser cada vez más intolerante hacia nuestra forma de pensar y de vivir. Jesús lo dijo claramente: “Si fueran del mundo, el mundo los querría como a los suyos. Pero ustedes no son del mundo, sino que yo los he escogido de entre el mundo. Por eso el mundo los aborrece.” (Juan 15:19 NVI). Pero no tengamos temor, Jesús ha vencido al mundo.
Debemos proclamar el evangelio, sabiendo que no depende de nuestra habilidad, sino del poder del Espíritu Santo para convencer al pecador y hacerlo nacer de nuevo. Debemos estar atentos ante el pensamiento post-moderno y no dejar que sus argumentos nos logren convencer, sino llevar la disputa al hecho de la verdad absoluta o relativa. Cuando prediquemos, debemos urgir a las personas a que busquen la verdad. Debemos hacerles notar que si lo que decimos nosotros es cierto, su eternidad está en juego, por lo que les convendría asegurarse de que lo es o no lo es.
No tengamos miedo de ofender a la gente. El evangelio siempre fue ofensivo. Le dice a la gente que son unos pecadores
Debemos tener amor por los que se pierden. No sirve de nada que nos pongamos en una discusión acerca de quien está en lo correcto y quien no en lo que respecta al post-modernismo, etc.. Nosotros debemos predicar con amor. Debemos tratar de hacer entender el evangelio a la persona. Esto a veces nos llevará a mostrarle al relativista que su forma de pensar no es correcta. Y si la persona no está de acuerdo, mostrarle que no fue un intento por ofenderla, sino por compartir algo que es sumamente importante para nosotros, pero que respetamos su opinión.

Matias Salerno



Si has intentado leer toda la Biblia, seguro habrás notado que no está organizada en orden cronológico, y que consta de varios libros dentro de ella escritos en tiempos diferentes.
El Señor nos dio la Biblia en distintos géneros literarios, a través de distintas épocas, usando a hombres con personalidades diferentes, y toda la revelación mantiene una unidad perfecta en su mensaje y propósito, como la unidad de su Autor Divino. Para muchos cristianos a lo largo de la historia (me incluyo), este es un testimonio ineludible de la autoridad y perfección de la Palabra de Dios.
Sin embargo, es cierto que esto puede confundirnos. Si la Biblia no está organizada cronológicamente, ¿cómo está organizada entonces? Entender el orden del canon bíblico puede ayudarnos a entender mejor la Biblia. Estos son los hechos más básicos que necesitamos saber sobre el orden que tenemos de los libros en nuestras Biblias:
  • La mayor división en la organización de la Biblia es la separación entre el Antiguo Testamento (AT), donde tenemos los textos dados para nosotros antes de la venida de Jesús, y el Nuevo Testamento (NT), donde tenemos los libros dados por Dios para nosotros después de la venida de Cristo.
  • El AT posee 39 libros, mientras que el NT posee 27 libros.

  • La organización hebrea del AT es diferente a la que tenemos en nuestras Biblias, aunque contiene exactamente los mismos 39 libros agrupados en 24 o 22 libros.1
  • El orden del AT que usamos refleja el de los libros en la Septuaginta, rechazando los libros apócrifos. La Septuaginta es una traducción del AT al griego, hecha entre los años 250-200 antes de la venida de Jesús. Esta traducción fue muy usada por la iglesia desde su comienzo, y es bastante citada en el NT.
  • La organización del AT que permanece en nuestras Biblias es así: Primero, están los libros atribuidos a Moisés (Génesis-Deuteronomio). Luego, los libros históricos (Josué-Ester). Después, los libros de poesía (Job-Cantares). Siguen los conocidos como profetas mayores (Isaías-Daniel) y profetas menores (Oseas-Malaquías).
  • El NT también está ordenado por géneros literarios. Primero están los libros históricos (los Evangelios y Hechos), luego las epístolas (Romanos-Judas), y por último Apocalipsis.

  • Las epístolas están ordenadas empezando por las escritas por Pablo. Estas se hallan colocadas por orden de tamaño y organizadas en dos categorías: primero las que fueron escritas a iglesias, y luego las cartas personales. Las otras epístolas parecen seguir un orden similar.
Comprender cómo está organizada la Biblia nos ayuda a usarla mejor en nuestro día a día, y también nos recuerda cuán grande es nuestro Dios.
La grandeza y diversidad dentro de la unidad perfecta de la Palabra nos habla la forma maravillosa en que Dios exhaló las Escrituras (usando el lenguaje de 2 Timoteo 3:16). La Biblia es única y es más grande de lo que podemos ver a primera vista, porque su autor es el Señor.
Demos gracias a Dios por su Palabra, mientras seguimos profundizando en ella, para su gloria y nuestro gozo.

1. “EN EL TIEMPO DE CRISTO, EL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO HABÍA SIDO DIVIDIDO EN DOS LISTAS DE 22 O 24 LIBROS RESPECTIVAMENTE, CONTENIENDO CADA UNA TODO EL MISMO MATERIAL COMO ESTÁ EN NUESTRAS VERSIONES MODERNAS. EN EL CANON DE 24 LIBROS, JEREMÍAS Y LAMENTACIONES FUERON CONSIDERADOS COMO UNO, AL IGUAL QUE JUECES Y RUT” (THE MACARTHUR NASB STUDY BIBLE [THOMAS NELSON, 2006], POS. 1493).

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